Un calamitoso fallo del novato Asencio, que confundió a Courtois y otro ignominioso de Valverde sentenciaron otra derrota indignante del Madrid en San Mamés. Y una vez más, Ancelotti fue el culpable de un vil partido defensivo.
Encima Mbappé ha caído en un agujero tenebroso. Falló otro penalti y lo volvió a tirar como un calco de Anfield. Y peor es que empieza pensar que se ha equivocado solemnemente de haber venido a Madrid. Es sólo un niño perdido en un bosque de piernas.
Un equipo como el Madrid no puede aparecer en San Mamés con un dispositivo que sólo intentaba de que no le metieran un gol. Un equipo asustado en su cueva con Rodrygo y Mbappé aislados a treinta metros de los centrocampistas. Nunca entenderé el suicidio de este Madrid de Ancelotti salvo que el italiano se haya vuelto tan radicalmente conservador por los años que se deja dominar por el Athletic. El Athletic fue un diablo en la presión y anuló completamente la salida del balón del Madrid, aunque es un equipo de baja calidad técnica salvo los Williams y Sancet.
He leído estadísticas en las que el Madrid es el líder como equipo 'más largo' de la Liga. Entre el primer defensor y el primer atacante hay a veces más de sesenta metros. Además el Athletic cortó casi el doble de las 'tortugas' blancas, con su domador Carletto.
Los problemas en defensa
Con tantos metros de distancia era imposible que Rodrygo o Mbappé pudieran atacar porque los cuatro centrocampistas se quedaban 25 metros atrás y viendo como perdían los balones. Algunos de ellos, con pérdidas con patada larga para quien la coja arriba. Algo pasmoso.
García no puede jugar de titular. Cada vez que intervenía provocaba un ataque del Athletic. No sabe jugar, sólo corre y en San Mamés ni eso, porque la presión de rojiblanca de Valverde los tenía ahogados.
Asencio desperdició todo su crédito cuando confundió a Courtois y el belga se encontró con que no había despeje y sólo un tiro a puerta sorpresa. Con Lucas Vázquez, Nico Williams hizo lo que le dio la gana. Por tanto, el Madrid, ante un ataque sin tino del Athletic, jugó con sólo un defensa, Rudiger.
Cuando el Madrid logró el empate y tenía asustados y cansados a los bilbaínos, ocurrió la tragedia de Valverde, que quiso hacer un caño cerca del área. Ahí acabó el partido y otra perdida de tres puntos que aparecían al menos en la imaginación de la Casa Blanca.
El italiano sigue ahí. Y no es el presidente el que lo defiende. Alguien tiene a Ancelotti apadrinado y obstaculiza que no siga como un entrenador impuesto. No logro entender lo que está ocurriendo. Cuando tienen una negra sospecha del equipo. Más con el caso Mbappée.
Imagino que llegará a Bergamo con el Atalanta y el Madrid encontrará la llave de la Champions, que sería lo normal. Para la coraza blanca de los sumisos, Ancelotti seguirá siendo el mejor entrenador del mundo.