Parece que fue ayer cuando muchos de nosotros ocupamos la línea telefónica para acceder a internet, generando, como consecuencia, interminables discusiones familiares por impedir que alguien pudiera realizar llamadas durante la navegación. Esta historia podría ser poco creíble para las nuevas generaciones que han crecido con la tecnología en la palma de su mano y a un tap de distancia de un sinfín de conocimientos e información. Para darnos una idea de lo mucho que ha cambiado el acceso a la web, en ese mismo minuto que antes tomaba nuestra computadora para conectarse –mientras hacía esa serie de ruidos poco descriptibles, pero identificables por millones de Gen X y Millennials– hoy se hacen más de 6.5 millones de búsquedas online, se ejecutan 6 millones de compras por internet, se mandan 231 millones de email y se ven casi 4 millones de videos. Es decir, en tan solo 60 segundos es posible aprender algo nuevo, mientras que en 20 pueden repasar sus lecciones escolares una y otra vez.
Ya sea en formato largo o corto, definitivamente el video no solo ha sabido mantenerse vigente a lo largo de los años, sino que ha logrado encontrar nuevas superficies y formatos que continúan atrayendo la atención de las audiencias. Según datos del IFT los mexicanos dedican 3.2 horas diarias a verlos en línea, 8 puntos porcentuales por arriba de los registrados para el consumo de contenidos audiovisuales por internet, un año antes. Estos datos reflejan la importancia que ha tomado en la navegación diaria. ¿Pero es solo cuestión de los jóvenes? De acuerdo con Nielsen y su estudio de estilos de vida generacionales, los Millennials son los que tienen la mala reputación de estar conectados todo el tiempo a sus dispositivos, sin embargo, descubrieron que los participantes de mayor edad, como los Baby Boomers y la Generación Silenciosa, se distraen con ellos a la hora de la comida y aún en mayor medida que los adolescentes, desde 8 hasta 10 por ciento más.
Aunque al video no le importa la edad, no es de extrañarse que las jóvenes generaciones sean las principales consumidoras del formato, puesto que es una manera sencilla de digerir información. Google realizó una encuesta para conocer las razones de su consumo y el estudio arrojó que la mitad de los Millennials y la Generación Z no puede imaginar su vida sin videos; las razones principales para verlos, es porque les sirven para relajarse, profundizar en un tema o aprender algo nuevo. La proliferación de contenido de video relacionado con verticales como gaming y música a lo largo y ancho de todo el ecosistema digital es una prueba fehaciente de cómo el video acompaña a estas generaciones durante su día a día. Y aunque muchos podrían pensar que solo desean ver contenido en formato corto, GWI halló que el formato largo mantiene su lugar, lo cual explica la popularidad de los tutoriales y vlogs. Así que el mundo multimedia no solo se disfruta a través de un minuto, sino más allá… No solo se disfruta a través de un dispositivo móvil, sino que continúa en prácticamente cualquier tipo de pantalla.
Al explorar el tipo de contenido que disfrutan los Boomers vs Millennials y Gen Z, se puede observar que estas últimas son más propensas a buscar contenido producido por creadores tanto profesionales como aficionados, su consumo mayoritariamente suele ser contenido generado por el usuario, pero aún así comparten el gusto con los más grandes al ver videos con más minutos de duración. Basta considerar y voltear a ver la forma en que constantemente crece la diversidad y cantidad de contenido a través de las cada vez más plataformas, para también comprender que las audiencias hoy demandan total control sobre qué ver y cuándo hacerlo, sin importar en qué rango de edad se encuentren. La evolución es clara y sin importar la generación, todos los días el video estará presente en nuestras vidas, y el futuro determinará cómo será el acceso a ellos, ya sea a través de un click, un tap, un swipe o algo más.
*Bruno Cicero es Video Master Lead para YouTube